Rybinsk y Uglich, son dos ciudades históricas de Rusia que se encuentran a orillas del río Volga. Estas ciudades forman parte del Anillo de Oro, un conjunto de antiguas poblaciones que conservan el legado cultural y arquitectónico de la Rusia medieval.

Fueron las últimas paradas del crucero fluvial que partió de San Petersburgo y ya va llegando a su final en la capital de Rusia, Moscú. Estas dos pequeñas ciudades se encuentran a las orillas del gran río Volga.

Rybinsk y Uglich
Rybinsk y Uglich
Esclusas en el río Volga, vía fluvial entre Rybinsk y Uglich

📽️ Vídeo del viaje a un Crucero Fluvial por Rusia

Qué visitar en Rybinsk y Uglich

Rybinsk es una pequeña ciudad que se fundó en el siglo XII y que destaca por su monasterio de la Transfiguración, uno de los más antiguos y bellos de Rusia. El monasterio alberga una impresionante colección de iconos, algunos de los cuales datan del siglo XIV. También puedes admirar la catedral de la Transfiguración, construida en el siglo XVI con un estilo renacentista, y el campanario, que ofrece una vista panorámica de la ciudad y el río.

Crucero fluvial de San Petersburgo a Moscú



Uglich es una ciudad más grande y famosa que Rybinsk, ya que fue el escenario de uno de los episodios más trágicos de la historia rusa: el asesinato del zarévich Dimitri, hijo del zar Iván el Terrible, en 1591. Este hecho provocó una serie de guerras civiles conocidas como el Período Tumultuoso. En Uglich puedes visitar el Kremlin, donde se encuentra la iglesia de San Demetrio sobre la Sangre, erigida en el lugar donde murió el príncipe. También puedes ver la catedral de la Asunción, que data del siglo XVIII y que tiene una fachada decorada con azulejos policromados.

Visitar Rybinsk y Uglich es una oportunidad única para conocer la historia y la cultura de Rusia, así como para disfrutar de la belleza natural del río Volga y sus alrededores. Te aconsejamos que reserves tu viaje con antelación, ya que estas ciudades son muy populares entre los turistas, especialmente en verano. No te arrepentirás de esta experiencia inolvidable.

Rafael y María

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