La rápida evolución de la vida digital que nos vemos inmersos, ha provocado un ligero olvido de como era antes el acceso a la información, y que tener tal grado de información en la palma de la mano, además de manera literal, es un hecho bastante reciente.

Si eres de mi quinta, seguro que recuerdas el proceso para acceder a Internet, aquellos pitidos del modem al conectar por la línea telefónica, después de algún que otro intento fallido, o que se quedara colgado en una página web sin más remedio que apagar el módem y volver a empezar todo el proceso.

 

vida digital

 

Que hayamos empezado esta aventura, es en gran medida por esta vida digital que disfrutamos, con un acceso a la información y una comunicación sin límites, hasta el punto de echar de menos cierta auto desconexión por la exagerada inmediatez que nos vemos sometidos. Esta vida digital empieza desde el correo electrónico, en cierto declive por mensajería instantánea como WhatsApp, hasta el acceso a redes sociales que nos conectan con todo nuestro entorno personal y profesional, entre otros muchos servicios que utilizamos de forma casi inconsciente.

Me imagino que recordarás como hacíamos fotografías, con un aparato que «solo hacía fotos», que además tenías que llevar el carrete a revelar, y tener el resultado pasado unos días. Algo impensable para las generaciones actuales, donde se obtiene una imagen desde cualquier dispositivo, el resultado es instantáneo y casi de manera simultánea se publica en redes sociales, foros de fotografía y guardar en un servicio de almacenamiento on-line.

Lo más importante que esta nueva vida digital te ofrece, y donde quería llegar, es el poder estar de forma itinerante donde quieras, seguir en comunicación constante con los tuyos, tener acceso a tus fotos, música, tu colección de libros, etc. y compartir al instante la experiencia que estás viviendo.

Durante estos años de viajes, no siempre hubo acceso a la red, pero una vez se impuesto de forma global Internet, en pocas ocasiones no he podido encontrar un lugar donde conectar, aunque no con la inmediatez actual, accedías desde un cibercafé y más adelante los hoteles ofrecieron el conexión, no sin pagar, pero tenías la posibilidad de conectar. Aunque la verdadera revolución llegó con la tecnología WIFI, donde el acceso ya es desde cualquier lugar, incluso en una plaza pública. En mi caso, esta vida digital me ha facilitado mucho el poder recorrer el mundo, manteniendo el contacto con los míos, y seguir realizando las habituales tareas cotidianas.

Que consultes o recibas mensajes por cualquier de los muchos medios que existen, que puedas ojear la prensa de tu ciudad o realizar una transacción bancaria desde cualquier lugar, forma parte de tu vida digital, y te ofrece un abanico de posibilidades que debes poner a tu favor, sin caer en una dependencia, pero sí haciendo un uso racional de la tecnología.

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Todo esta nueva vida digital, nunca va a sustituir el placer de estar físicamente con los tuyos, con amigos, o con tus colegas de trabajo, pero sin duda que es una extraordinaria ventaja seguir en contacto con todo tu entorno aun estando en la distancia.

 

Rafael & María

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