Nuestra idea inicial para este viaje no era hacer un Road Trip.
Cuando nos planteamos estar unos tres meses por Estados Unidos pensamos que podríamos establecernos durante dos semanas o tres semanas en diferentes ciudades del oeste y desde ellas visitar Utah y California.
Habíamos elegido unos cuantos lugares que queríamos visitar. Situamos en el mapa nuestros «puntos clave» y entonces nos dimos cuenta de que la idea de fijar una ciudad-base y desplazarnos desde ella no era viable. Necesitábamos ir avanzando.
Por viajes anteriores sabíamos que las distancias en Estados Unidos son enormes. Por ejemplo, si te estableces en el sur de California y quieres viajar hasta el norte del estado esto puede suponer fácilmente un día entero de viaje en coche, y contado sólo la ida. El hacer trayectos largos nos supondría hacer noches de hotel en el destino además del alquiler en la ciudad base… Viajar en un día para visitar algunos sitios: Imposible.
Buscamos la posibilidad de desplazarnos en transporte público. Además de no solucionarse el problema de la ida y vuelta en el día, llegamos a la conclusión de que tampoco podíamos hacerlo. Las conexiones en tren o son escasas o no las podíamos adaptar a nuestro viaje. Para algunos lugares no existe manera posible de llegar ni en autocar ni en tren.
Otra opción: Viajar de ciudad grande en ciudad grande en avión. Tampoco nos habría evitado el tener que alquilar coches en los diferentes destinos.
En otra ocasión que visitamos Estamos Unidos cogimos unos diez vuelos internos. La experiencia nos decía que no queríamos volver a pasar por largos tiempos de espera, retrasos en los vuelos y hacer una y otra vez esos controles de seguridad que pueden llegar a ser extenuantes.
Tampoco queríamos estar sujetos a horarios. ¡No al estrés!
Una vez sopesadas todas las opciones disponibles continuamos la planificación convencidos de que la mejor opción para nosotros era alquilar un coche durante toda la estancia y poder desplazarnos a nuestro ritmo llegando a todos aquellos sitios que queríamos ver.
Así se fue convirtiendo en un Road Trip pero con un segundo planteamiento: «Road Trip… pero tranquilo». Ir avanzando, pero quedándonos una semana o más en cada punto seleccionado.
Decidido esto comenzamos con la recopilación de información sobre los destinos, las rutas, etc. Usamos internet y un montón de información que nos enviaron las oficinas de turismo de varios estados y ciudades por correo (los típicos folletos, planos y mapas que puedes encontrar en los «visitors centers» a lo largo y ancho del país).

Después de leer folletos, revistas, blogs de viajes, páginas de turismo… nos dimos cuenta de que entre punto y punto y a visitar había muchísimos otros que queríamos ver.
Y así pasó a convertirse definitivamente en el clásico Road Trip que todo el mundo conoce: Conducir, visitar y dormir cada noche en un sitio diferente.
A pesar de estar muy lejos de nuestra idea inicial nos propusimos dos cosas muy importantes para nosotros:
Primero: no recorrer largas distancias en un sólo día.
Segundo: dormir más de una noche en algunos sitios (lugares no turísticos) para descansar del viaje y dedicarnos a otras cosas.
Como ya teníamos claro que lo que íbamos a hacer era un Road Trip en toda regla (eso sí, de 71 días) pensamos ir reservando alojamientos a medida que llegábamos a cada destino de nuestra ruta, pero al final optamos por reservar con antelación los hoteles por varios motivos:
– Algunos lugares previstos son muy turísticos y los hoteles en esas zonas están muy demandados y no tienes garantizada la estancia allí en algunas fechas.
– A muchos sitios hay que llegar antes de una hora determinada para poder reservar (antes de las ocho o las seis de la tarde) y nosotros queríamos huir de las prisas y los horarios estrictos.
– Necesitábamos internet y a ser posible de buena calidad.
¡Al final terminamos reservando todos los hoteles! Eso sí, podemos cambiar o anular nuestras reservas, y gracias a eso seguimos teniendo absoluta flexibilidad para modificar la ruta o los días de estancia en algún sitio.
No ha sido una tarea sencilla reservar tantos hoteles buscando que se adaptasen a nuestras necesidades, al presupuesto, al itinerario…
Después de unos cuatro meses de buscar, de comparar, de encajar hoteles en la ruta, de adaptar la ruta a los hoteles, estamos muy contentos con el trabajo hecho.
Hemos ahorrado una media de 20,00 euros por noche de hotel (de media…) y tenemos Internet, desayuno, lavadoras, y otras cosas que ya os iremos contando. Y lo más importante : No estamos sujetos a horarios y podemos cambiar de planes sobre la marcha.
También dedicamos bastantes horas a la búsqueda de los vuelos. Llegamos a las Vegas saliendo de Dublín y volveremos a Madrid desde Los Ángeles. Nos quedamos en Madrid en una escala que hace el avión antes de regresar a Dublín.
Existen infinidad de buscadores, compañías aéreas y combinaciones posibles para volar a un destino.
Para nosotros volar desde Dublín fue la mejor opción tanto por el precio (conseguimos reducir el coste de los billetes casi a la mitad), como por la agilidad en los trámites para entrar en Estados Unidos (se hace todo en Dublín y no hay que esperar largas colas en estados Unidos para que te sellen el pasaporte).
Ya iremos contando con más detenimiento las herramientas que utilizamos para buscar y reservar tanto hoteles como vuelos, puede que os ayuden… Claro, ¡las sugerencias serán siempre bienvenidas!
Existen otros muchos factores que influyen y a veces determinan tanto la organización de un viaje como la marcha del mismo. Esto también lo dejamos para sucesivos artículos. Sólo apuntar que la capacidad de reacción y de improvisación es fundamental en cualquier viaje.
Esperamos que nos sigas en esta aventura que acaba de comenzar.
Recuerda que nosotros no aportamos datos históricos, como mucho alguna curiosidad sobre los sitios visitados. Nosotros queremos centrarnos más en nuestras vivencias y en todo aquello que pueda ser útil a futuros viajeros.