La playa de Gueirua es una recóndita cala del occidente de Asturias. No es demasiado conocida, pero su salvaje naturaleza, preservada por su enclave, la hace merecedora de ser una de las mejores playas de la costa cantábrica.

Se encuentra en la población de Santa Marina, en el conocido concejo de Cudillero, una de las villas marineras más conocidas del norte de la península. 

Playa de Gueirua
Playa de Gueirua

Guía para visitar la villa marinera de Cudillero

Playa de Gueirua

Cómo llegar a la Playa de Gueirua

Si vas por la autopista A-8, la del Cantábrico, deberás salir por la salida 445 para entrar en la carretera nacional N-632, que va perpendicular a la A-8. Pertenece a la población de Santa Marina.

Ya en la carretera nacional, entrar en la bifurcación hacía la N-632a. En esta carretera verás una casa color azul, se encuentra en la penúltima calle del pueblo. Junto a dicha casa se encuentra el indicador que marca el inicio del sendero a la Playa de Gueirua.

El sendero, que empieza como una pista descendente, se va convirtiendo en un sendero que, en su tramo final, son unas empinadas escaleras formadas con tableros hasta llegar a la playa.

Vistas a la Playa de Gueirua

En el tramo, donde la pista se va transformando en sendero, ya se aprecian las vistas de la playa. Existen dos miradores sobre los acantilados y la playa, con las formaciones rocosas en línea.

Por sus rocas es frecuente ver pescadores, incluso geólogos, explorando las formaciones rocosas cuando la marea está baja. Aunque lo que más predomina son fotógrafos, buscando capturar esa imagen épica de la Playa de Gueirua.

“La Forcada” es como se conoce la hilera de islotes que divide Gueirua y la del Calabón. Estas formaciones rocosas son restos de un antiguo saliente de cuarzo y pizarra que ha sido fracturado y desgastado por el mar durante siglos.

La Playa del Silencio

Le resta algo de protagonismo la vecina Playa del Silencio (O Gaveiro), que se encuentra a cuatro kilómetros en dirección oeste.

La Playa de Gueirua es un rincón único, quizás su acceso algo complicado la ha preservado, por el momento, de la masificación.

Rafael y María

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