Los molinos de Amsterdam son una parte integral del patrimonio cultural holandés y han sido testigos de la historia de la ciudad durante más de 700 años. Estos famosos molinos, conocidos como ‘molen’, se encuentran en toda la ciudad, algunas veces como monumentos históricos o como parte del paisaje moderno. Los primeros molinos fueron construidos por los habitantes locales para ayudarles a bombear agua y utilizarla para irrigar sus campos. A medida que el país se desarrollaba, los molinos también evolucionaron para satisfacer las necesidades de la industria emergente.

Molinos Amsterdam
Molinos de Amsterdam

¿Por qué son tan importantes para la cultura y el patrimonio holandés estos antiguos edificios?

Los edificios antiguos son una parte importante de la cultura y el patrimonio holandés. El caso más emblemático se encuentra en Zaanse y Schans, un pequeño pueblo en los Países Bajos que se ha convertido en una atracción turística muy popular debido a su bien conservada arquitectura tradicional y sus molinos de viento. El pueblo está ubicado en la región de Zaan, a solo 15 minutos en tren desde Ámsterdam.

En Zaanse Schans, los visitantes pueden ver una gran cantidad de molinos de viento que fueron utilizados en el pasado para moler especias, hacer papel y procesar madera. Hoy en día, muchos de estos molinos han sido restaurados y se pueden visitar, y algunos de ellos aún están en funcionamiento.

Además de los molinos de viento, Zaanse Schans cuenta con numerosas casas y edificios tradicionales de madera que se han trasladado al pueblo desde otros lugares de los Países Bajos. Los visitantes pueden explorar el interior de algunas de estas casas, que han sido convertidas en museos y tiendas de souvenirs.

El pueblo también cuenta con una fábrica de quesos donde los visitantes pueden ver cómo se elaboran los famosos quesos holandeses, así como degustarlos y comprarlos. Además, hay una destilería donde se produce el típico licor holandés conocido como jenever.

Cómo llegar desde Amsterdam hasta Zaanse Schans

Zaanse Schans es un pueblo situado a unos 15 kilómetros al norte de Ámsterdam, en la región de Zaanstad en Holanda. Hay varias opciones para llegar desde Ámsterdam hasta Zaanse Schans. La forma más fácil y rápida de llegar es en tren. Desde la Estación Central de Ámsterdam, puedes tomar un tren en dirección a Uitgeest y bajarte en la estación Koog-Zaandijk. El viaje dura alrededor de 20 minutos y los trenes pasan con frecuencia. Desde la estación de tren, caminar hasta Zaanse Schans lleva aproximadamente 15 minutos.

Otra opción para llegar a Zaanse Schans es en autobús. Desde la Estación Central de Ámsterdam, toma el autobús número 391 en dirección a Zaandam y baja en la parada de autobús Zaanse Schans. El viaje dura aproximadamente 45 minutos. Ten en cuenta que el autobús tiene horarios limitados, así que asegúrate de verificar los horarios con anticipación.

Si prefieres llegar en coche, puedes conducir desde Ámsterdam hasta Zaanse Schans en aproximadamente 20 minutos. El estacionamiento en Zaanse Schans es limitado, así que es recomendable llegar temprano.

Los secretos arquitectónicos detrás de los molinos holandeses

Después de recorrer la zona de los molinos, es posible disfrutar de un agradable paseo por la aldea tradicional que se asemeja a un museo al aire libre. Cruzando estrechos canales por medio de pintorescos puentes de madera, se pueden visitar algunas tiendas de souvenirs ubicadas en antiguas casas holandesas tradicionales. 

Durante el recorrido circular por los senderos Zonnewijzerspad y Kraaienpad, se pueden contemplar dos molinos en miniatura conocidos como De Windhond y De Hadel, así como ovejas y vacas lecheras pastando en prados verdes. Si se desea capturar la belleza de la zona en una fotografía, se pueden obtener las mejores imágenes desde el puente levadizo Julianabrug Zaandijk y la zona de Wevershuis. Otra opción interesante para obtener una perspectiva única del pueblo y los molinos es tomar un paseo en barco tradicional, que se solía utilizar para el transporte de vacas.

Los molinos holandeses han sido una parte integral de la historia y la cultura de los Países Bajos durante siglos. Han sido esenciales para la agricultura, la gestión del agua y la producción de energía. Además, su diseño y construcción han sido un reflejo de la creatividad y habilidades técnicas de los holandeses. Hoy en día, los molinos son una atracción turística popular y un símbolo icónico de los Países Bajos.

Rafael y María

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