Mucho hay escrito sobre la convivencia; en pareja, entre padres e hijos, con amistades, y demás interrelaciones que existen hoy en día. Y la convivencia en viajes es posiblemente de las más complejas.

convivencia en viajes

He realizado viajes con diferentes acompañantes; en pareja, con amigos, en familia, compañeros de trabajo, incluso incorporaciones espontáneas de desconocidos que encuentras por el camino. Viajeros con mucha experiencia y otros que su viaje más largo había sido la ciudad vecina. Y como no, en solitario, en relación contigo mismo que también tiene sus migas.

La convivencia en viajes es una convivencia de 24 horas, sin pausa, todas las decisiones se deben consensuar, o al menos intentar. Conciliar gustos culinarios, acordar horarios, incluso en la elección del asiento de acompañante. Detalles que parecen muy livianos, pero en una convivencia más o menos prolongada, te aseguro que marcan la diferencia entre un buen recuerdo de viaje, o por el contrario algo para olvidar.

Te detallo una serie de consejos que con el tiempo, y muchos tropiezos… me han aportado experiencia para llevar una convivencia en viajes lo más saludable posible:

  1. Intenta no imponer, lo lógico es llegar a un rápido acuerdo en una decisión puntual, pero llegado el caso de inflexión o total desacuerdo, alguien debe tomar la iniciativa, lo que no es permisible es perder tiempo en un viaje que además puede ser de corta duración. Y si la discrepancia no es negociable por ninguna de las partes, siempre queda la opción de que cada uno se tome el día por libre, además de ser saludable tener un tiempo para uno mismo, ayuda en futuros desacuerdos a llegar a un consenso más rápido.

 

  1. Gastronomía. Para conocer un nuevo país, una forma muy interesante es mediante sus comidas, pero hay gente que por cuestiones médicas o simplemente que no gustan de probar nuevos sabores, no están por esa labor, y en tal caso lo más razonable es un lugar donde además de lo típico, la carta de también tenga comida más occidental. Aquí también ayuda mucho lo de “un día por tí y otro por mí”, o buscar centros comerciales donde existen muchas opciones para elegir, y en última instancia, el salva todo McDonalds.

 

  1. La Habitación de hotel casi que merecería un artículo entero, ya que la habitación del hotel, o el lugar de pernoctación elegido, es el momento del día para descansar y relajarse, para aislarse del ajetreo de todo el día, incluso del compañero de viaje. Si tienes mucha confianza o experiencia de viajes anteriores con tu compañero, seguro que la opción será compartir habitación, en caso contrario, no lo pienses y elige habitaciones separadas, las manías que se las cuide y cultive cada uno, y en cuestiones como el baño, leer antes de dormir, entre otras muchas manías, pueden provocar que ese momento de merecido descanso se convierta en un suplicio que sin duda pasará factura en otras facetas del viaje.

 

  1. En las Visitas a lugares, lo normal es que se establezca un itinerario antes de partir, pero una vez para “gustos colores”, y no pasa nada en hacer las visitas por separado y quedar una vez terminada la visita en un punto. Piensa que tú pasión por el arte, o por vistas panorámicas no tiene, es más, no lo será en la mayoría de ocasiones para tu acompañante.

 

  1. Comparador vs. Negativo. Mucha gente tiene la costumbre de comparar, y en algún caso menos preciar, para terminar quejándose por todo. Si sales para conocer mundo, no se puede pretender quedar prendado por todo, y menos aún buscar una comparación continua con tu país o ciudad de origen, precisamente sales para ver algo diferente y no lo que tiene en tu casa. El conocer es descubrir, y al final del viaje ya se sacarán las conclusiones que quieras, eso sí, mejor las guardas para ti. Una vez más, en caso de conflicto o hartazgo de comentarios negativos, aplicar el punto 4, o sea, un relajante descanso en la habitación de hotel, en la piscina o en la cafetería, pero solo.

 

  1. Mezclarse con la Población local, es imprescindible para conocer un lugar. Aquí es muy aplicable el punto de la gastronomía, pero para mi mucho más importante. Visitar un nuevo país y no relacionarse con sus habitantes es hacer la mitad del viaje, es muy agradable mantener una conversación sobre costumbres del lugar, incluso recibir consejos que la mayoría de veces las guías, por razones comerciales, no lo incluyen. Pensar que te van a engañar, estafar o cualquier fechoría es una falso mito del turista, y quizás uno de los factores que más diferencian con el viajero. Claro que he tenido algún percance, pero es ínfimo si lo comparo con toda la gente que me he ayudado, además en cualquier parte del mundo.

 

  1. Hacer de Chofer. Otro punto de conflicto, si te has pasado la salida, no vayas tan rápido, yo pienso que es mejor que… opino que deberíamos de… Si el conducir en tu propio entorno ya no es fácil, en un lugar desconocido no es admisible pensar que se llegará a la primera al destino, ni con el GPS. En mi caso, he llegado a dar más vueltas localizando el hotel que para llegar al destino, y lo último que se necesita es un “pepito grillo”. Si uno asume la responsabilidad de conducir, lo mejor que puede hacer el otro es ayudar, y si la frustración de consumé, pues estar callado.

convivencia en viajes

La lista se podría ampliar mucho más, pero opino que esto es lo básico para una convivencia en viajes que sea llevadera, porque no te quepa duda que algún resquicio vas a sufrir, lo de las 24 horas en compañía se hace notar tarde o temprano.

Si el viaje es organizado, el cabeza de turco es la agencia de viajes o quién lo haya organizado, por tanto los roces entre las partes siempre son algo menores. En el caso que sea por libre, si no has participado en la organización previa, no te quejes, no hay nada menos gratificante que alguien quejándose sobre algo que no participó.

En grupos grandes, necesariamente alguien tiene que ejercer el liderazgo, en muchas ocasiones dos son pocos y tres son multitud, por lo tanto en grupos mayores, necesariamente una, incluso mejor dos personas que tomen las principales decisiones. No asumir el papel de sufridor y aceptar a pesar de tu desacuerdo cualquier decisión que se tome de forma unánime, tarde o temprano saltarás de los nervios por acumulación y termina en discusión segura temas que ya no vienen a colación.

Si has organizado la totalidad del viaje, o parte, y no son valoradas tus aportaciones, y mucho menos agradecer algún detalle que hayas organizado para el resto, relájate y disfruta del viaje, en ocasiones no es percibido por el resto de la gente, o simplemente era algo que te satisfacía a ti mismo más que para el resto.

Gran parte del éxito de la convivencia en viajes pasa por la preparación y organización previa del viaje, y cuanto más numeroso sea el grupo, o el itinerario sea algo enrevesado más planificación será preciso.

Habla con tus acompañantes e intenta identificar puntos de conflicto, te aseguro que te ayudará a que el viaje sea más ameno, si bien el factor improvisación siempre es agradable, no lo es tanto cuando se trata de relaciones personales.

Buen viaje!!

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