Llegamos a la ciudad de Marrakech fue vía Madrid, en uno de los vuelos que la aerolínea Ryanair tiene directos.
Nos alojamos en el Riad Ain Marrakech, los riad son establecimientos típicos en Marrakech, pequeños hoteles con muy pocas habitaciones, suelen ser antiguas residencias reconvertidas para tal fin. En este caso, estaba todo muy limpio con un personal muy atento y amable.
Todo lo imprescindible que ver en Marrakech se encuentra en el interior de la ciudad antigua, la Medina. Los tres principales símbolos de la ciudad: la Koutoubia, la Plaza Jemaa el-Fna, y los jardines de la Menara.

La Koutoubia, la mezquita que su torre sirvió de inspiración para la Giralda de Sevilla, con su minarete a 77 metros, es visible a 25 kilómetros de distancia, y con la iluminación nocturna, es conocido como el faro de Marrakech.
El centro neurálgico de Marrakech es su plaza central, Plaza Jemaa el-Fna, aquí puedes encontrar desde atracciones con animales, desde serpientes hasta aguilas, entre otros muchos animales. Además de encontrar infinidad de puestos de comida y bebida, venta de artesanía, y cualquier artículo que se pueda comerciar.
Los límites de la plaza se encuentran flanqueados por callejuelas, con pequeños comercios de artesanos, venta de especies, y gran cantidad de bares y restaurantes. En la mayoría de países musulmanes, lo habitual es realizar la mayoría de las comidas en la calle, de ahí la enorme cantidad de puestos de comida.

Desde la plaza se accede al caótico Zoco, donde se conoce el verdadero Marrakech, un laberinto de pequeñas calles atisbadas de todo tipo de comercio que puedas imaginar, desde telas a venta de alfarería, alfombras, pasando por venta de animales vivos, y todo tipo telas. Es un mundo sin orden, pero tiene un encanto especial poder deambular por sus calles que a bien seguro acabaras teniendo que pedir ayuda para poder salir de ese entramado.
Advertencia
Mucha gente, en especial niños, se ofrecen en ayudarte a salir del Zoco desinteresadamente, aunque al final terminaran pidiendo algo de dinero.
Toda la Medina, es en realidad un enorme zoco, con gran cantidad de tiendas en todas las calles. La gente es amable, y en ningún momento tienes sensación de peligro aún transitando por calles menos céntricas o comerciales.
Dentro de la Medina, también se puede visitar varios de los palacios de Marrakech, tales como, el Palacio Bahia, y a las Tumbas Saadies, entre otros.
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Los Jardines de la Menara, construidos por los Almohades, levantaron un hermoso pabellón y un gran estanque rodeado de olivos, y que tiene como fondo el Alto Atlas, es una de las típicas vistas de la ciudad de Marrakech, es estanque es alimentado con el agua que proviene de las montañas y transportada desde hace más de 700 años por canal de más de 30 kilómetros.
Una vez fuera de la Medina, saliendo de la parte amurallada, encuentras la parte moderna de Marrakech, con calles y amplias avenidas que alberga la zona financiera, con tiendas de reconocidas marcas y centros comerciales al más puro estilo europeo.
Aquí se pueden visitar los Jardines de Majorelle, en mi opinión, no merece la pena todo el desplazamiento para llegar a estos jardines que ofrecen poco que ver, y menos aún el precio de la entrada.
Rafael & María